Al pueblo. ¿ Cómo no amarle cuando es tan desventurado? Porque todos han tratado de hundirle y esclavizarle, tampoco lo consiguió; porque a su sombra creció una religión pagana bajo el nombre de cristiana, y ésta al pueblo esclavizó
Porque formando santones de unos cuantos elegidos, dijeron que eran ungidos en las celestes regiones. Estas necias tra-diciones y absurdos cuentos forjaron y con ellos engañaron a las masas populares, que ante artísticos altares, temblorosas se postraron.
¿Como no? Si les pintaban un Dios implacable y ciego, condenando a eterno fuego a los que al deber faltaban, mientras que los justos estaban en la celestial mansión, sin dolor de corazón por los tristes pecadores que gemían en los errores de eterna condenación.
Y este, dicho a media luz en oscuro santuario, un hombre tras un capuz. Otros, al pie de una cruz lanzaban sus anatemas diciendo: ¡Infeliz! Te quemas y pretendes comprender lo que compone tu ser y otros profundos problemas.
Cree en Dios, y cierra los ojos, cree en Dios, sin tener odios; cree en Dios sin tener sentidos, que estos solo dan enojos de querer investigar; que la manía de pensar no se apodere de ti; para saber, ven a mí que Dios te puede llevar.
Esto al pueblo le dijeron y el pueblo escuchó contrito; pensar , lo creyó un delito, y los que la trama urdieron, satisfechos sonrieron al ver suya la victoria.
Esto es la terrena historia: sacerdotes engañados, y el pueblo indoto esperando de ellos la luz y gloria.
Pero los siglos avanzan, y nuevas generaciones con grandes aspiraciones tras la ciencia se lanzan; y ya los templos alcanzan horas de ruina total; que progreso universal al oscurantismo estrecha, y abriendo en él ancha brecha abre paso al ideal.
Más sublime y grandioso el estudio y el trabajo; la instrucción a los de abajo que les negó el religioso.
Socialismo generoso que implanta una ley moral, un afecto fraternal entre grandes y pequeños, realizando así los sueños del progreso universal.
Este trabajo gigante tan poderoso y activo, ¿redime al pueblo cautivo? No; porque aun es ignorante.
No tiene fuerza bastante para romper sus cadenas, aunque corre por sus venas sangre de los héroes que sucumbieron por defender causas buenas.
Por eso el pueblo me inspira tan inmensa compasión; por eso su postración arranca a mi humilde lira un gemido; mi alma admira lo que sufre en su dolor y doy todo su valor a las masas populares, que naufragan en los mares del más lamentable error.
Porque el pueblo es radical; es fanático creyente, o niega rotundamente el principio universal.
Dioses del bien y del mal o completa negación; estúpida religión o absurdo materialismo; y siempre está en un abismo; porque le falta instrucción.
Porque tal malo es creer que es útil la penitencia, como negar la existencia poderosa del gran Ser.
Y el justo medio es saber por qué uno y uno son dos; es ir del progreso en pos, que los grandes adelantos jamás lo dieron los santos, sino la ciencia de Dios.
Por eso el pueblo me inspira tan inmensa compasión: le ciega la región o negando a Dios delira; su alimento es la mentira, porque se engaña negando, como se engaña aceptando una farsa milagrera ; se engaña, si en nada espera, como se engaña esperando.
Que otro a de ser su destino, su derrotero, buscando lo verdadero que hay del pueblo en su destino; ni prodigio ni mezquino, ni ateo ni humilde creyente, y mirando frente a frente desde la altura al abismo, darse valor a si mismo, puesto que piensa y que siente.
¡A! pueblo no te abandones en brazos de falsos guías, que pueden tus energías engrandecer las naciones, no creas en las tradiciones; ni emplees tu imaginación en vanas elucubración, negando lo que se ve; que si es absurda la fe también lo es la negación.
Cree en Dios, abriendo los ojos; mira la naturaleza que refleja su grandeza, mas no te postres de hinojos.
La humillación da son rojos y el hombre debe mirar al cielo para encontrar los mundos que van girando; porque ellos van demostrando la manera de avanzar.
¡Pueblo Avanza sin temor, que puedes engrandecerte: árbitro es de tu suerte, ten para luchar valor: porque te sobra el vigor para luchar y vencer; no te canse de aprender, que la ciencia soberana te ofrece para mañana lo que te nego ayer.
¡Te ofrece luz, libertad, trabajo no interrumpido y progreso indefinido implantando la igualdad! ¡ Paso a la fraternidad que en justicia ha de regir, que a todos ha de medir dando valor por igual; que el amor universal es la ley del provenir!
AMALIA DOMINGO SOLER